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El lamentable estado en que se encuentra el único lavadero público que queda en Granada situado en la placeta de la Puerta del Sol, Realejo.

Ayuntamiento de Granada Lavadero de la Puerta del Sol
En 1862, seis años antes del derribo de la Puerta del Sol o del Mauror (Beb-Mawrur), el arquitecto de Granada, José Contreras, promovió la adecuación de algunos viejos lavaderos públicos y la construcción de varios nuevos, sobre todo, en los barrios de la clase trabajadora. Para ello, se emplearon columnas, material de derribo, que se encontraban depositados en el Cementerio Municipal, aunque no se precisó la procedencia de las mismas.
En el siglo XIX, Granada estaba dividida en Cuarteles. En el Archivo Histórico Municipal de Granada, de 1862, se puede leer que, en el Cuartel 1, se levantaría un lavadero en la placeta de Gracia, junto al pilar público y otro en el pilar de la Cuesta de los Molinos. En el Cuartel 2 se construiría un lavadero público en el pilar del barrio de San Lázaro. Dentro del Cuartel 3, se levantaría un lavadero en la Puerta del Sol y otro en la plazuela de la Churra o de Almanzores, mientras que en el Cuartel 4, se construiría, un lavadero, junto al pilar de la Cuesta de la Victoria.
El lavadero de la Puerta del Sol, presenta una estructura porticada con seis columnas toscanas de mármol de Sierra Elvira, que pertenecieron, seguramente, a la ermita de Santa Escolástica, desaparecida tras la desamortización de Mendizábal.
Toda la estructura está protegida por una armadura de madera reforzada por dos tirantes, y la cubierta es de tejas árabes. El suelo está decorado con empedrado tradicional granadino y cuenta con pilas en su interior para hacer la colada.
El lavado de la ropa ha sido a lo largo de la historia uno de los trabajos más habituales desempeñados por las mujeres. Hasta la popularización del agua corriente en las viviendas, esta función se desempeñó en las orillas de los ríos, acequias, abrevaderos o patios de viviendas. A partir del siglo XIX se convierten los lavaderos en lugares de trabajo, encuentro y sociabilización de las mujeres.
El lavadero de la placeta de la Puerta del Sol es uno de los lugares con una belleza singular.
Este espacio que aparece en las guías turísticas de Granada, carece de cualquier tipo de señalización que haga posible a los visitantes llegar hasta él y disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad. Te recomendamos que cuando subas al lavadero de la Puerta del Sol lo hagas acompañado y con la geolocalización apuntada en el teléfono móvil, para no perderte por las intrincadas callejuelas del Realejo.
Bibliografia: Lavaderos públicos en la Granada del XIX según el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850): Conocimiento de un patrimonio – Autor: Daniel Jesús Quesada Morales
http://Granada, 1840-1860 D. Pascual Madoz

El último lavadero en pie del Realejo cae en el olvido

Los vecinos denuncian el abandono de la placeta y piden al Ayuntamiento un plan de conservación que frene su deterioro y los botellones | El monumento de origen judío resiste en el Rincón del Sol, sin protección patrimonial, desde su construcción en el siglo XVII

Nada nuevo bajo el lavadero de la Puerta del Sol y, precisamente, ese es el problema que denuncian los vecinos y defensores del patrimonio. Desde hace años, este enclave del Realejo, testigo material del tiempo y del cambio en el vecindario, sufre los estragos de los botellones y la «inacción administrativa» que provoca el deterioro del que es el único lavadero en pie de la ciudad. Pese a que es el último vestigio de la cultura del agua con estas características en Granada, no figura dentro de los denominados Bienes de Interés Cultural (BIC), ni goza de ninguna protección.
La panorámica de la ciudad desde la placeta, también conocida como puerta de Oriente o Mauror, amanece a diario emborronada por la basura. Botellas vacías sobre la piedra son la seña de que el monumento ha sido escenario de múltiples resacas durante el fin de semana, y las muescas en las cuatro columnas del lavadero recuerdan a los viajeros que registraron en los muros su visita. Así es la estampa desoladora que evidencia el deterioro de un punto histórico del antiguo barrio judío. Grafiteros y vándalos callejeros también se han ensañado con las piedras de Sierra Elvira que, antes de ocupar su actual ubicación, integraban la estructura de un convento desamortizado.
Los años tampoco han sabido perdonar al que fue punto de encuentro de la sociedad desde el siglo XVII hasta 1965. Las grietas se han apoderado de la estructura, las tejas han comenzado a desaparecer –en parte porque los jóvenes que utilizan el lavadero para beber saltan al tejado. El techado se enfrentó por última vez a una reparación en 1931, cuando aún las instalaciones se empleaban para lavar la ropa. Ahora, esta tarea sería inimaginable en una estructura que aparece recubierta de grasa con frecuencia.

Más vigilancia

Los asientos untuosos son la nueva estrategia adoptada por algunos residentes para impedir las reuniones nocturnas. Alejandro Corral, presidente de la asociación de vecinos, explica que los inquilinos han cogido la costumbre de rociar con aceite de cocinar el lavadero, deteriorando más la imagen del olvidado patrimonio. Esta versión la confirman los operarios de Inagra que se ven obligados a pasar el hidrolimpiador con más frecuencia. Las batidas de limpieza son habituales en la zona (lunes y jueves), pero insuficientes por el desgaste que los usuarios hacen del mirador. Corral hace un llamamiento a la convivencia entre vecinos y visitantes para evitar perjuicios sobre el patrimonio.





«Reforzar la vigilancia acabaría con el vandalismo. El lavadero exige un plan de restauración»

«Reforzar la vigilancia acabaría con el vandalismo. El lavadero exige un plan de restauración»ALEJANDRO CORRAL. ASOCIACIÓN DE VECINOS





«La Policía dejó de venir. Sólo queremos que la cultura de la ciudad no se pierda»

«La Policía dejó de venir. Sólo queremos que la cultura de la ciudad no se pierda»ASUNCIÓN. VECINA





«No creo que las reuniones de gente sean el problema que más perjudica al monumento»

«No creo que las reuniones de gente sean el problema que más perjudica al monumento»VALERIA MENA. VECINA
Cartas sin respuesta y soluciones poco permanentes han convertido la reparación del lavadero en el talón de Aquiles del Realejo. El vecindario ha hecho de la causa el nuevo caballo de batalla de las juntas municipales de distrito en las que su presidente expone al equipo de gobierno la problemática. «Es un desastre. Los vecinos se quejan de las concentraciones y del menudeo de droga. La zona lleva años despoblándose por estos motivos. Quedan pocos residentes de toda la vida y los nuevos inquilinos son personas de paso o estudiantes extranjeros que alquilan las viviendas temporalmente», denuncia Corral. La asociación considera que «limpiar más como se está haciendo no es la solución». Solicitan refuerzo policial en una zona que «está abandonada y descuidada» por su difícil acceso. «Hemos planteado más visitas policiales», asegura el presidenta. «Se podrían instalar cámaras, aunque corren la misma suerte que en el Albaicín y las pueden arrancar».
«Antes llamábamos a la Policía, pero dejó de venir. Sólo queremos que la cultura de la ciudad no se pierda», critica Asunción, propietaria de una casa desde hace 20 años. Asimismo, Valeria Mena, estudiante extranjera y vecina, considera que las reuniones no son el problema que más perjudica al monumento.
Por su parte, Granada Histórica ha presentado varios escritos a la Junta de Andalucía pidiendo un plan de conservación «sin obtener respuesta». La asociación reclama medidas para acabar con el «pésimo estado del lavadero» y la situación originada por «la toma de los vándalos» que tanto desborda a los vecinos. «Es uno de los grandes olvidados y es una lástima porque tiene una gran riqueza cultural», sentencian. El concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández Madrid, aseguró que el Ayuntamiento pondrá en marcha un programa de recuperación a través de las ayudas al empleo de la Junta. Además, Madrid anunció que destinará al lavadero parte de los 300.000 euros de los fondos de Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI).
Lavaderos públicos en la Granada del XIX según el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850): Conocimiento de un patrimonio
https://revistaseug.ugr.es/index.php/erph/article/view/8216/7044
El colectivo Oppidum Eleberis, dedicado a la protección y difusión del patrimonio histórico y cultural, ha solicitado a Icomos España, institución asociada a la Unesco, que se interese por la situación del lavadero público ubicado en el barrio del Realejo de Granada, objeto de un proyecto de restauración.
En un comunicado, el colectivo informa de la "alarma social" creada tras el anuncio del Ayuntamiento de acometer un proyecto integral de los servicios de arquitectura municipales, que proponen la reordenación de la placeta y la restauración del lavadero -de entre los siglos XVII y XIX-, desmontando toda la estructura para después volverla a montar.

El objetivo de esta actuación es devolverle la horizontalidad y asegurar la cimentación del monumento, sometido en los últimos años a una situación de "degradación y abandono".
Oppidum sostiene no obstante que según arquitectos consultados por ellos y vinculados a la rehabilitación y la restauración, no solo sería "innecesaria la pretensión de devolverle la horizontalidad", sino que la consolidación de la cimentación podría asegurarse "sin necesidad de desmontar sus elementos, que pone en peligro la integridad del monumento",
El lavadero se ubica dentro del perímetro de la Alhambra y Generalife, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1984, y dentro del ámbito del sector Alhambra y Alixares del Conjunto Histórico de Granada (protegido integralmente como Bien de Interés Cultural).
Pese a su singularidad y situación, no cuenta con ninguna figura de protección individual, según el colectivo, que además de dirigirse al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), ha presentado escritos al Ayuntamiento y a Cultura solicitando un proyecto de restauración respetuoso que devuelva al monumento y su placeta sus valores sin desmontar el lavadero.
Proponen además que, una vez concluido el proyecto, se proteja su perímetro con un enrejado artístico que impida el acceso a su interior, así como sentarse en sus muretes.
Para garantizar su protección, han solicitado a la Consejería de Cultura el inicio de un expediente de incoación para su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Lugar de Interés Etnológico o como Bien de Catalogación General y, al Ayuntamiento, su inclusión de forma específica en las fichas de Catálogo del Conjunto Histórico, como bien de Interés Singular.
También han solicitado al Patronato de la Alhambra y Generalife su implicación, dado que el monumento forma parte del perímetro declarado Patrimonio Mundial.
El lavadero de la Placeta de la Puerta del Sol, de titularidad municipal, es el último testimonio en Granada de este tipo de arquitectura tradicional urbana, de los muchos que había en el siglo XIX y que fueron desapareciendo hacia la mitad del XX con el avance de las nuevas tecnologías.
Cuenta con una estructura porticada con columnas toscanas de piedra de Sierra Elvira (posiblemente reutilizadas de la demolida iglesia de Santa Escolástica de 1842), pilas en su interior para hacer la colada, armadura de madera, cubierta de tejas árabes y suelo empedrado al estilo tradicional granadino.
Se surtía, junto a un aljibe ya desaparecido, de aguas de la acequia Real de la Alhambra. EFE

Actuación de oficio del Defensor del Pueblo Andaluz formulada en el expediente 19/2006 dirigida a Ayuntamiento de Granada

ESUMEN DEL RESULTADO (CIERRE DE QUEJA DE OFICIO)
Nos informan de las medidas para la protección del Lavadero de El Realejo, en Granada.
22-04-2019 APERTURA DE LA QUEJA DE OFICIO
El Defensor del Pueblo Andaluz tramitó queja ante la situación de deterioro del lavadero y la Placeta de la Puerta del Sol en El Realejo, de la ciudad de Granada. Para ello recabamos información a la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte, así como al propio Ayuntamiento de la capital granadina. La citada Delegación Territorial nos ha manifestado al respecto que
Esta Delegación Territorial considera que según "lo dispuesto por el artículo 155,1 dela Ley 7/2002, de 17 de diciembre de Ordenación Urbanística de Andalucía y lo establecido por el artículo 14,1 de /a Ley 14/2007, de 26 de diciembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, son los propietarios de terrenos, construcciones y edificios quienes tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores y se mantengan en un adecuado estado de seguridad salubridad y ornato. En consecuencia, es deber del Ayuntamiento el adoptar las medidas necesarias para que el citado lavadero no se vea deteriorado”. En este sentido, se remitió oficio al Ayuntamiento de Granada instándole a la adopción de las medidas necesarias para la conservación del Bien (documento adjunto número 4)”.
Del mismo modo, el propio Ayuntamiento de Granada nos informó con fecha 3 de diciembre de 2018 que:
Actualmente el Lavadero y su estructura presenta un estado que no es irreversible, pero que si requiere de una actuación integral. De los primeros estudios realizados, parece que la cimentación realizada no fuera muy sólida y debido a los continuos derrames del vaso al realizar las tareas de lavado, la estructura presenta un asiento visible, el cual es necesario corregirlo. Así mismo las armaduras que componen la cubierta presentan síntomas de deterioro, debido a la falta de estanqueidad de la cubierta y a la no aplicación de protectores en su larga vida. Por otra parte, se observa que el uso incívico que ha tenido el entorno por parte de algún "ciudadano", tampoco ha ayudado a su estado actual, sirviendo de estercolero, retrete y pintadas, que lo han deteriorado aún más. Por ello los Servicios Técnicos, proponen una ordenación del entorno de la placeta y la restauración del lavadero, desmontando toda la estructura (armaduras de madera, columnas, basas y vaso), para después volverla a montar para devolverle la horizontalidad a la totalidad de la construcción. Para ello se realizó un levantamiento taquimétrico del lavadero, habiéndose efectuado los correspondiente planos del estado actual ( los cuales se adjuntan), En este momento estamos recopilando los documentos históricos para proceder a su intervención con un sentido científico”.
A la vista de sendas informaciones, entendimos que ambas administraciones, en el marco de sus respectivas iniciativas, vienen interviniendo sobre el inmueble y entorno de la citada ermita en los términos que se recogen en dichos escritos. Además manifestamos que “Es intención de esta Institución proseguir impulsado las actuaciones necesarias de todas las instancias competentes para salvaguardar la integridad de dicho entorno merecedor de la protección y tutela que la normativa establece para los inmuebles inscritos en el CGPHA”.
Finalmente “reiteramos, tanto al Ayuntamiento de Granada como a la Delegación de Cultura gaditana, la importancia de imprimir continuidad de los proyectos emprendidos, y que se anuncian en su información, y el impulso de las medidas dirigidas al cumplimiento de las obligaciones establecidas, en sus respectivos ámbitos competenciales, en la normativa patrimonial y artística”.
Pues bien, recientemente hemos tenido conocimiento del agravamiento de la situación y en particular del estado del lavadero, que es el último con estas interesantes características que quedan en la zona. Aun a pesar de las recientes actuaciones sobre la zona, las noticias publicadas y la propia preocupación generada por ciudadanos y entidades vecinales aconsejan un seguimiento formal de la situación y de las medias de protección que se anunciaban tras nuestra tramitación anterior.
Por ello, hemos considerado oportuno proponer incoar queja de oficio al amparo del artículo 10 de la Ley 9/1983, de 1 de Diciembre del Defensor del Pueblo Andaluz, ante el Ayuntamiento de Granada a fin de conocer:
  • grado de protección del Lavadero situado en el Rincón del Sol, en El Realejo granadino.
  • labores de intervención que se hubieran realizado o calendario de intervenciones previstas, en su caso.
  • acciones de control y seguimiento de la ejecución de las mismas.
  • evaluación o estudio para dotar al elemento de alguna categoría singular de protección patrimonial.
11-07-2019 CIERRE DE LA QUEJA DE OFICIO
Tras la tramitación de la queja el Defensor ha recibido informe en el que se indica que:
Desde hace unos meses el Servicio de Arquitectura se encuentra realizando el correspondiente proyecto de Restauración del Lavadero del Sol y la reordenación de la Placeta que lleva su nombre.
En la actualidad la ejecución del proyecto se encuentra pendiente de la realización del preceptivo estudio geotécnico, existiendo un pequeño escollo, que entendemos se solventará en breve, en relación con la dificultad de acceso dela maquinaría de sondeos.
No obstante señalar que si bien es cierto que la situación del Lavadero es privilegiada, siendo uno de los miradores más bellos de la ciudad, y que necesita una actuación de regeneración. Algunos ciudadanos no lo consideran así, habiéndolo convertido en un autentico estercolero.
Por un lado los que sin pudor miccionan en la Placeta, por otros los que organizan "fiestas", dejando las botellas tiradas, rompiéndolas en algún caso, dejando los cristales con el consiguiente peligro que ello conlleva.
En cuanto al olor, existe una mezcla de "maría", alcohol, orines y aceites vegetales que “alguien” vierte en los muretes del lavadero y en distintas partes de la Placeta, con el objeto de impedir la estancia de los visitantes, tanto de los cívicos como de los incívicos.
Todo esto impide que ciudadanos y visitantes puedan disfrutar de dicho espacio público, por lo que nuestra preocupación va mas allá dela restauración y recuperación del entorno, dado que la tendencia que actualmente se describe mucho me temo no va a cesar con la inversión de recuperación.
En este sentido, se propone que se realice una labor de vigilancia e investigación por parte de la Policía, para que todas estas actitudes dejen de realizarse. Y si llega el caso se aplique las sanciones que correspondan”.
A la vista de los datos aportados, podemos distinguir dos tipologías de intervenciones anunciadas. Una referida a la conservación de los elementos del Lavadero consistentes en “la actualidad la ejecución del proyecto se encuentra pendiente de la realización del preceptivo estudio geotécnico, existiendo un pequeño escollo, que entendemos se solventará en breve, en relación con la dificultad de acceso dela maquinaría de sondeos”.
De otro lado se informe de la necesidad de desplegar actuaciones que están más referidas a la vigilancia, control y reacción policial frente a la presencia incívica y malos usos de este espacio público.
Tras la respuesta dada, entendemos que el Ayuntamiento dispone de un actual conocimiento del estado del entorno y actúa en los términos señalados, por lo que se considera que no procede un pronunciamiento formal en modo de Resolución del Defensor del Pueblo Andaluz. En todo caso insistimos en la importancia de imprimir continuidad de los proyectos emprendidos, y que se anuncian en su información, y el impulso de las medidas dirigidas al cumplimiento de las obligaciones establecidas, en los diferentes ámbitos competenciales.
Debemos pues, confirmar en la continuidad de los trabajos y acciones manifestadas por la autoridades municipales, considerando que el asunto se encuentra en vías de solución.
De ahí que procedamos a concluir nuestra intervención, sin perjuicio de desplegar las actividades de seguimiento que el caso aconseje.



Una vida social alrededor de los antiguos lavaderos de Granada La ciudad de la Alhambra contaba con un amplio grupo de surtidores en los que las mujeres realizaban una labor doméstica y social y los hombres acudían para hidratar a los animales














El Ayuntamiento de Granada restaurará el lavadero de la Puerta del Sol
 
















lunes

El Instituto de Patrimonio de España tira 15 metros de la Muralla Nazarí y a los políticos del Ayuntamiento de Granada ni siquiera se les ha visto acercarse a pedir explicaciones sobre la situación del Patrimonio de Granada, septiembre 2019

Granada. Plano del Albaicín 1957-1961

Senado

 ANEXO 689/3295 ANDALUCÍA GRANADA Granada (ciudad)
Emergencia Muralla Nazarí o cerca de Don Gonzalo en la Verea de en medio, del Sacromonte o Periodo de ejecución: 2017-2018 o Inversión total: 76.447,80 euros o Estado del proyecto: finalizado
El Gobierno autoriza obras por 76 millones en la muralla nazarí de Granada 22/12/2017

CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN RELATIVOS A LAS DETERMINACIONES VIGENTES DEL PEPRI ALBAYZÍN, RESPECTO DEL PLAN GENERAL DE GRANADA
Plan de Arquitectura Defensiva de Andalucía (PADA)

Muralla nazarí de Granada Localidad: Granada Municipio: Granada Provincia: Granada Comunidad: Andalucía País: España Monumentos militares: Recintos murados de complejos amurallados Referencia: GR-CAS-001-NAZ Fecha actualización: 06/01/2015
Castillos de España Muralla nazarí de Granada
LEY 13/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español.


Publicado en: «BOE» núm. 155, de 29 de junio de 1985, páginas 20342 a 20352 (11 págs.) Sección: I. Disposiciones generales Departamento: Jefatura del Estado Referencia: BOE-A-1985-12534 Permalink ELI: https://www.boe.es/eli/es/l/1985/06/25/16
PLAN ESPECIAL ALBAYZIN Y SACROMONTE






























Desprendimiento en la muralla nazarí




Una muralla indefensa frente 

a los expoliadores

Varios desconocidos se están apoderando de los ladrillos de parte de la muralla que discurre por el cerro de San Miguel alto. Los representantes vecinales, que han denunciado los hechos, pedirán al fiscal superior que persiga de oficio lo que ellos consideran un delito contra el patromonio.

La muralla nazarí dejó hace mucho tiempo de ser inexpugnable. La mano del hombre se está encargando de destruir lo que un día sirvió para delimitar la ciudad y defenderla del enemigo. Hoy el enemigo está instalado en casa y ha sustituido el fuego de los cañones por herramientas más espartanas con las que horada poco a poco las entrañas de la fortificación sin el menor respeto hacia el patrimonio y la historia.
En el cerro de San Miguel alto, un lugar privilegiado desde donde se divida la ciudad, desconocidos están deshaciendo la argamasa de barro y arena de la muralla para apoderarse de los ladrillos que en su día sirvieron para restaurarla, según informan los propios vecinos. Con la impunidad que ofrece una zona apartada de la urbe –con la única presencia de los habitantes que ocupan las cuevas del cerro-, los autores escarban en la pared de la muralla dibujando una escalera que les permite auparse a lo más alto e ir sacando los ladrillos. Las tripas de la muralla, esa mezcla de barro y piedra que sirve de relleno y da solidez a la fortificación, se encuentra ya al descubierto y amenaza con desprenderse en cualquier momento.
A escasos 50 metros, el esqueleto de una motocicleta achicharrada se yergue en pie como si se tratara de una broma macarra. Fue hace días cuando los vecinos del Sacromonte escucharon una fuerte explosión después de que alguien pegara fuego a la moto.  La consecuencia más inmediata es que el humo ha ennegrecido la muralla. Pero su conservación hace tiempo que dejó de interesar si se atiene uno a los grafitis que también la invaden.
La desidia de la Administración indigna cada día que pasa a los vecinos del barrio. Es por ello que la presidenta de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix, se reunirá en breve con el fiscal superior del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Jesús García Calderón, para instarle a que actúe de oficio ante lo que ella considera un expolio. Los vecinos conocen que la Fiscalía se ha mostrado partidaria de una nueva regulación penal en los delitos relacionados con el deterioro del patrimonio histórico porque detecta cierta impunidad. Pero no comprenden cómo en ocasiones no se han perseguido con mayor severidad dichos delitos. En el recuerdo de los vecinos permanecen las decisiones de archivar, por un lado, el episodio protagonizado por una constructora que hace unos años clavó un cartel en la puerta de Elvira; y también los daños ocasionados por el conductor de una empresa de la construcción en el Alminar de San José, una torre de época zirí cuya construcción se inició incluso antes del siglo XI. Otro caso que quedó impune.
Fuentes del colectivo vecinal aseguran que aprovecharán su encuentro con el fiscal superior para exponerle otros muchos problemas que afectan al patrimonio del barrio y que precisan de medidas ejemplarizantes por parte de la Justicia.


23/03/2006
Un fuego intencionado ha dañado la estructura nueva y la original de la muralla nazarí de San Miguel alto, cuyo entorno se encuentra abandonado a su suerte pese a la intervención realizada hace cinco años.


El último acuerdo de pleno del Ayuntamiento de Granada aprobó la demolición de la intervención en la Muralla Nazarí de Antonio Jiménez Torrecillas, cuyo principal argumento acaba siendo la inviolabilidad de un patrimonio contra el que parece atentar el presente proyecto. La irresponsabilidad de esta afirmación vuelve a arremeter contra cualquier atisbo de contemporaneidad en esta ciudad sin ahondar en un verdadero análisis de los valores que el proyecto propone. Paradójicamente el propio Ayuntamiento, promotor de la obra, es el que ahora propone su demolición.
Si atendemos a la polémica levantada en la ciudad de Granada por el proyecto de intervención en la Muralla Nazarí de San Miguel, hemos de volver la vista sobre un digno precedente: el Auditorio Manuel de Falla, de José María García de Paredes. Ambas obras tienen en común su calidad y la airada oposición de un ruidoso grupo ciudadano que vela por los ideales inexistentes de una tradición inalterable. La intervención en la muralla comienza con la recuperación paisajística del Cerro de San Miguel, un vacío que permite observar el límite entre la ciudad intramuros y el territorio exterior. La zona, sumida en un estado de total dejadez, presenta rasgos muy complejos: por un lado, ciudad sin colmatar, espacio libre natural pero a la vez residual y casi marginal; por otro, la ciudad nueva, hecha de adosados con un importante impacto visual y ambiental. Y en medio del desorden, la muralla incompleta, fracturada. La estrategia de actuación limpia (física y conceptualmente) el lugar, recuperando el empedrado allí donde existe, respetando la tierra pisada allí donde aparece y, cuando los caminos se desvanecen, trazando de nuevo su dibujo con unas elegantes losas de piedra posadas en el terreno para salvar la pendiente. Una vez esencializado el entorno de San Miguel, el proyecto comienza a indagar acerca del significado histórico de la muralla y su sentido actual.
El límite defensivo y organizativo de un ámbito que podía llegar a ser ciudad ha cambiado por completo y, sin embargo, sigue sirviendo como guía de lectura de un modelo urbano, resultando un elemento clave a la hora de aprehender el territorio y adecuar el paisaje. Por tanto, ¿cómo acometer la rehabilitación de un pequeño paño de muralla (caído a causa de un movimiento sísmico del siglo XIX) desde una óptica contemporánea? La restitución mural propuesta tiene como fin dar continuidad visual (especialmente en una visión lejana) al lienzo de muralla, redefiniendo el límite histórico perdido y protegiendo los restos originales que perviven. Desde lejos, la parte nueva entona su aspecto con el resto, respetando su secuencia lineal, mientras en una mirada corta, se evidencia a la perfección la diferencia entre la actuación y el muro original. La intervención cierra la brecha que hiere la muralla nazarí mediante un apósito exterior que se adapta estrictamente a su grosor sin tocar los restos históricos, garantizando así su óptima conservación. Estructuralmente la presencia masiva y maciza se hace innecesaria, por lo que la restitución alberga en su interior un espacio vacío, auténtico punto singular del proyecto: un pasaje calado que nos permite pasar dentro de la muralla y que remite al sueño arquetípico de caminar dentro de un muro, del pasadizo secreto. Un sencillo apilamiento de lajas de piedra dejan, al disponerse unas sobre otras, una serie de mínimos huecos aleatorios que, frente al tapial, pesado y patrimonial, y la fábrica de ladrillo de otras restauraciones anteriores, pone en valor la muralla nazarí contraponiendo a una imagen histórica de permanencia, otra actual mucho más leve. En el interior, un sensacional paseo arquitectónico permite volver a mirar la ciudad desde una óptica fragmentada y abstracta que se revela similar a la que se tiene del Albaicín desde la Torre de Comares. A la vez se recrea un juego luminoso de gran tradición en Granada, las celosías, y se actualizan, casi un siglo después, las avanzadas tesis de restauración que Leopoldo Torres Balbás aplicara, por ejemplo, en los jardines del Partal. Sin embargo, las intervenciones contemporáneas siguen suscitando violentas críticas, al margen de su interés y adecuación. Mientras tanto, se hace cada vez más palpable que la presencia de la nueva arquitectura colocada de manera natural y respetuosa junto a la antigua garantiza que las ciudades sigan enriqueciendo y construyendo activamente su tradición arquitectónica. La intervención en la Muralla Nazarí y su entorno materializa perfectamente esta irrenunciable oportunidad.

Demolición encimera Muralla Nazarí

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Bronca en la muralla







El Ayuntamiento de Granada aboga por el derribo de la reconstrucción del muro nazarí, que ha costado un millón de euro 

Aspecto de la polémica muralla de Granada.

"Esto, ¿para qué?", se pregunta Paco mientras agita indignado su garrota contra las lajas de granito de la nueva muralla, en el cerro de San Miguel de Granada. Su energía no se resiente ante las altas temperaturas. La furia de algunos vecinos, que como él se preguntan por la utilidad de esta obra vanguardista -finalista del IV Premio Europeo del Espacio Público Urbano y ganadora del Premio Arquitectura Piedra 2006-, ha desatado un terremoto que amenaza con derribar por segunda vez este tramo de muro.
El primer derribo se remonta al siglo XIX. Un temblor tectónico arrasó 40 metros de la muralla nazarí que desde el siglo XVI delimita el cerco administrativo de la ciudad. Desde entonces, y hasta julio de 2005, el amplio hueco, flanqueado a ambos lados por la antigua muralla, comunicaba el campo y las viviendas que se extienden a uno y otro lado, entre el cerro de San Miguel y la parte alta del Albaicín, frente a la Alhambra. Un paso franco del que disfrutaban los vecinos y sus automóviles, aunque la circulación de estos últimos junto a un bien de interés cultural está prohibida por la Ley de Preservación de Patrimonio. "La zona ha permanecido prácticamente inalterada durante cinco siglos. Esta colina es la última que vertebra la relación entre ciudad y paisaje", explica Antonio Jiménez Torrecillas, arquitecto granadino encargado de la rehabilitación.
Con un presupuesto de casi un millón de euros, financiado con fondos europeos a través de un plan operativo local, su proyecto contemplaba, además de la reconstrucción del tramo caído de la muralla, la recuperación de senderos y la limpieza de cuevas circundantes. "Esto no es un monumento, es un parche. Nos han cortado el paso", se lamenta Paco. Las quejas de los vecinos de toda la vida que ocupan las casas intramuros y de los propietarios de la nueva urbanización extramuros de los Cármenes de San Miguel -construida a finales de los noventa- forzaron la apertura de un paso que no figuraba en el proyecto original. "Levantar muros entre barrios, ¿no es de sitios represores?", se pregunta todavía hoy otro Paco de la zona.
Jiménez Torrecillas optó por crear una entrada en cada extremo de su construcción hueca, que desde entonces los vecinos se ven forzados a atravesar. "No han abierto una puerta en condiciones y tenemos que usar linternas, en el siglo en el que estamos", se queja José. Como si se tratara de una celosía de piedra, la superposición capeada del granito en las paredes del angosto pasillo de 80 centímetros ofrece una vista calada de Granada, y durante el día un bello efecto lumínico. Todo ello, sin embargo, no facilita el tránsito del vecindario y la polémica no ha cesado desde entonces. Asociaciones vecinales, arquitectos y políticos han caldeado el ambiente en la prensa local: nadie parece estar de acuerdo, y las posturas posibles ante la discutida muralla parecen multiplicarse. De fondo queda la querella política.
A falta de completar el ajardinamiento y la iluminación, la nueva muralla sigue abierta y cercada por vallas y carteles que señalan el lugar como "zona en obras". El Ayuntamiento (gobernado desde 2003 por el PP), promotor de la rehabilitación, paró el proyecto en noviembre y en diciembre su junta de gobierno propuso su demolición. "El proyecto original se corrigió, pero nos gustaría derribarlo", afirman desde el gabinete de prensa. Aunque aseguran estar abiertos a una negociación, en principio el Ayuntamiento no contempla otra solución "más que el derribo", y descarta la posibilidad, consensuada entre el arquitecto y algunos vecinos, de abrir una puerta en el muro de la discordia.
Al tratarse de una intervención en un bien de interés cultural, para seguir adelante con la demolición la autoridad municipal -que se negó a explicar su postura a este periódico-, debe obtener el visto bueno de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía (gobernada por el PSOE). "A día de hoy no hemos recibido ningún plan para su aprobación. El Ayuntamiento habla de demolición, pero no la han documentado con un proyecto alternativo", asegura Juan Antonio Pérez Tapia, delegado de Cultura de la junta. "Los argumentos para la demolición no resultan convincentes ni respetuosos con el patrimonio. No es lo mismo no construir que demoler".
Así las cosas, y a falta de un acuerdo, siete meses después de que se parase la obra todo sigue "empantanado", afirma José Luis Torrecillas, miembro de la Asociación Vecinal de los Cármenes de San Miguel. El arquitecto hace meses que se siente incapaz de visitar su polémica obra: "A veces tengo la impresión de que la gente me mira como si me hubiera propuesto cargarme la ciudad". Ha remodelado su proyecto y acepta que aunque "allí nunca hubo una puerta, es tiempo de abrir y comunicar". Su colega en la Escuela de Arquitectura Rafael Soler asegura que el caso de la muralla forma parte de las polémicas periódicas de la ciudad. "Muchas veces esconden bajo estas cortinas de humo temas más preocupantes como la especulación atroz". Los estudiantes de último curso de arquitectura en Granada, como Ana Rosa, valoran el tesón del arquitecto, que "ha mantenido a pesar de todo la obra en pie" y ha sabido adaptarla al ambiente. "Un proyecto debe tener utilidad y cambiar sus pautas si es necesario, nunca puede ser autista", concluye.
Los arquitectos reprochan a Consistorio y Junta que cuestionen ahora la muralla
Granada Hoy, 28-10-2005
   El Colegio Oficial de Arquitectos de Granada respaldó ayer al autor del proyecto municipal de rehabilitación de la muralla nazarí, cuestionado ahora por vecinos y por la Academia de Bellas Artes, y reprochó al Ayuntamiento de la capital y a la Comisión de Patrimonio de la Junta que no pusieran en su día reparos, si los había, a la intervención, que superó todos los filtros y obtuvo los permisos necesarios para llevarse a cabo. Antonio Jiménez Torrecillas está siendo tratado "injustamente" estos días y no se merece, a juicio de los arquitectos, "las agrias censuras" que recibe a diario.
A través de una nota pública, la junta de gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Granada salió así en defensa de su compañero, con una "excelente" trayectoria profesional, entre la que destacó como ejemplo la rehabilitación del antiguo edificio del diario Patria para convertirlo en el Centro José Guerrero: "una joya arquitectónica que ha regalado a Granada".
Las críticas de estos profesionales se centraron en los organismos públicos competententes en la legalidad urbanística, pues en su día tramitaron y revisaron el proyecto y le dieron el visto bueno. Por ese motivo lamentaron que ni el Ayuntamiento de Granada, que es el impulsor del proyecto, ni la Comisión de Protección del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía cuestionaran en su momento la intervención y prohibieran los aspectos que ahora se debaten –el uso de materiales no acordes con el entorno y el espacio dedicado a los peatones–.
"Entendemos que son por tanto dichos organismos, que tramitaron y revisaron el proyecto en debate, quienes debieron ponerle los reparos oportunos, si lo consideraron necesario", manifestó la junta de gobierno del Colegio, que subrayó que la realidad es que el proyecto de Jiménez Torrecillas "recibió las autorizacciones preceptivas para ejecutar la obra".
El Colegio Oficial de Arquitectos de Granada expresó ayer su deseo de abrir un debate sobre "la plena facultad de la arquitectura contemporánea para asumir el carácter renovador que la ciudad exige". Y este papel, agregaron los representantes de estos profesionales, se puede hacer "dialogando con el pasado y estableciendo como objetivo la actualización permanente de los valores de una ciudad histórica como Granada".
El Ayuntamiento de Granada aceptó las reivindicaciones de colectivos vecinales y se mostró partidario de negociar el proyecto. El concejal de Urbanismo, Luis Gerardo García-Royo, llegó a reunirse con representantes de esas asociaciones.
En este contexto, la Academia de Bellas Artes de Granada hizo público un duro comunicado contra la intervención que consideró un claro ejemplo del "uso espurio" del patrimonio para justificar "la arquitectura de autor".

1. Las personas que observen peligro de destrucción o deterioro en un bien integrante del Patrimonio Histórico Andaluz deberán, a la mayor brevedad posible, ponerlo en conocimiento de la Administración competente, que llevará a cabo las actuaciones que procedan.
2. La denuncia no otorga a quien la formula la condición de persona interesada, sin perjuicio de que se le informe del inicio del procedimiento que, en su caso, pueda tramitarse.

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